Por Danko Jones (músico)
La primera vez que escuché a Eddie Van Halen, finalmente
cedí y me rendí a la idea de que no tiene que usarse maquillaje, ropa de lujo o
asumir parte de otro alter ego para ser tomado en serio como banda. En
total oposición a todos los críticos de música que repudiaron a bandas
extravagantes como Kiss, como un
pre-adolescente sabelo-todo, los enaltecí como el estándar que el resto de
bandas debía cumplir. En mi cerebro de niño, de verdad que creí que sin
maquillaje no valían la pena como banda, sin importar las canciones, los golpes
o la presencia en el escenario. Pero como mis gustos musicales cambiaron con
los años, me encontré concediendo y defendiendo bandas que tranquilamente
consideré como "de aspecto sencillo."
Poco a poco la idea de incorporar la ostentación, el glamour
y el maquillaje en el Rock N 'Roll se tornó tediosa para todos, incluyéndome,
sobre todo cuando la música que lo acompañaba empezó a parecer débil y poco
sincera en comparación con lo que se supone que bandas menores "de
aspecto corriente" fueron produciendo subterráneamente. Al final, el campo
de juego fue nivelado por el punk rock, el thrash metal y finalmente Nirvana.
Para mi sorpresa, me encontré a mí mismo en el lado opuesto de la música con la
que crecí como niño. Me sentí como un traidor, a pesar de que la música que
estaba siendo críticamente proclamada, sin duda merecía el respaldo.
Con el paso de los años, la mayoría de bandas, incluyendo Kiss,
cedió a la idea de vestir casualmente para dar más credibilidad a la música por
encima del espectáculo y dejar que fuera ella la que hablara. Puesto que la
música es subjetiva y relativa a lo que nos rodea, puede ser difícil concluir
si este enfoque fue mejor para la música, pero una cosa es cierta, vestirse con
atuendos fue visto críticamente y relegado indeleblemente a la novedad (es
decir, Gwar, Green Jelly, Lordi , Insane Clown Posse).
Papa Emeritus y Danko Jones |
Por supuesto, la ausencia hace crecer el cariño y a pesar de
que la música de hoy se ha dividido en docenas de diferentes géneros y
facciones todavía hay un anhelo, de una gran parte de la audiencia en el ámbito
musical, por la pompa y el glamour. Kiss,
al usar maquillaje de nuevo en el 96, fue una prueba de fuego que resultó ser
el anhelo colectivo hecho realidad, pero a pesar de lanzar tres álbumes de gran
éxito desde el “resurgimiento” de su maquillaje,
la banda existe principalmente en la categoría
de la nostalgia, aunque en la cima de su terreno.
Sin embargo, yo no estaba solo en el inconsciente anhelo de
una época en la que las bandas de pompa y ceremonia ascenderían a la
popularidad nuevamente. Claro que estaban los maniáticos enmascarados en Slipknot,
pero su ascenso coincidió con la popularidad del Nu-Metal, un estilo de heavy
metal del que yo no era muy aficionado y me tomó años darme cuenta de que eran
todo lo contrario. Además, a pesar de que disfrutaba la música, Slipknot era
una banda destinada a otra generación y no podía hacer la relación con la
imagen en general. Necesitaba una banda que me hablara no sólo musicalmente
sino conceptualmente.
Pista Linköping, Ghost de Suecia.
Papa Emeritus II |
Había escuchado el álbum debut de Ghost en Rise Above
Records llamado Opus Eponymous por allá a principios de 2011 y me había
impresionado muchísimo. NWOBHM (New Wave Of British Heavy Metal) mezclado con
Mercyful Fate, Cirith Ungol y Blue Oyster Cult significaba que era una banda
hecha a medida para mis oídos. Escucharlo repetidas veces no me dejó preparado
para la primera vez que vi una foto de la banda – una foto en vivo del cantante,
Papa Emeritus de punta en blanco con una cruz invertida estampada en su mitra.
Sentí un chorro marcado que me atravesaba, algo que no había sentido desde que
era un niño mirando las imágenes de Kiss pensando que eran la cosa más grande
desde los cereales azucarados del desayuno. Y aquí estaba Ghost, una altamente declarada
mezcla satánica de todos los elementos que hicieron que me enamorara del rock
en primer lugar - fuertes guitarras abrasivas, atrevidos trajes fijados a alter
egos, toneladas de maquillaje y ... Satanás.
Al igual que la mantequilla sobre una tostada y la salsa de
tomate con patatas fritas, la música rock es sosa y aburrida sin Lucifer. Con
el compás, el ritmo y los estados de ánimo que suscita desde el infierno, Él
tiene todo el derecho a hacer sus reclamos sobre el rock. La gente de la
Iglesia ha estado tratando de decirnos esto durante años y aunque exteriormente
me reí de sus esfuerzos para advertirnos, también lo sabía. La única diferencia
fue que yo le di la bienvenida!
Vivimos en la post-Guerra Fría, después del Y2K, la obesidad,
El final de los Tiempos, un mundo superpoblado donde la vida humana se borra
tan fácilmente como los archivos no deseados en un ordenador portátil y la
preocupación es tan fingida como una pista pregrabada de risas en una serie de
televisión. Los tiempos extremos como éstos claman por diversión extrema. La lucha
libre matinal ha sido reemplazada por las artes marciales mixtas. Gene Simmons,
mientras lleva un traje de monstruo del 1976, cuenta ahora con prestigio limitado
en medio de bandas que dejaron de coquetear con el mal y saltaron en la cama
con él, de cabeza.
Necesito el Satanismo
en mi música y lo necesito un montón, sólo que no quiero que se me presente de
esa repelente, fría y cansada manera nunca más. Quiero bolas de discoteca y
luces de neón. Quiero suntuosidad y el alarde publicitario. Yo quiero un circo
y la fiesta de graduación, un espectáculo de láser y el Superbowl, todo en uno,
en el momento en que el primer acorde de la guitarra suene. Quiero sentir miedo con destellos y sentirme aterrorizado
con brillos trémulos. Y esto sucede en el momento en que pongo el álbum de Ghost
completo, el lanzamiento de este año: Infestissuman.
The Nameless Ghouls |
A las asociaciones de padres les gusta impedir lo que ellos
consideran como actividades diabólicas olvidando que todos fuimos destetados con historias de fantasmas,
Halloween y los monstruos de Plaza Sésamo. Ellos fomentaron estas inclinaciones
y es demasiado tarde, además, estoy demasiado viejo para reprimir mi atracción por el
lado oscuro. Sólo que ahora mis gustos son un poco más finos. Papa Emeritus y
sus Nameless Ghouls satisfacen estas sofisticadas ansias oscuras sin problemas.
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